Los beneficios del sésamo (Ajonjolí)

El sésamo, por sus propiedades nutricionales, se recomienda sobre todo a personas vegetarianas

El sésamo es una planta originaria de la India y de África. Desde ahí llegó a América transportada por los esclavos. En sus inicios, se utilizaban sus semillas para espesar y dar sabor a gran variedad de platos. Actualmente, son unas de las semillas oleaginosas (aceitosas) más utilizadas en la cocina y en la repostería internacional, sobre todo en la oriental.

Interesantes propiedades

Las semillas de sésamo poseen una cantidad elevada de proteínas, además de ser ricas en metionina, un aminoácido esencial. Las grasas que contiene son «grasas buenas», es decir, insaturadas. Éstas, junto a la también presente lecitina, convierten a las semillas en un alimento que contribuye a reducir los niveles de colesterol sanguíneo.

También son una fuente importante de diferentes minerales como el calcio, que interviene en la formación de huesos y dientes; el zinc, mineral que participa en el metabolismo de los hidratos de carbono, las grasas y las proteínas; y el hierro. Por último, las semillas de sésamo poseen buenas cantidades de fibra, por lo que su consumo resulta beneficioso para la regulación de la función intestinal.

No sólo en semillas

El sésamo contribuye a reducir los niveles de colesterol y es beneficioso para la regulación de la función intestinal

La forma más común de adquirir y consumir sésamo es en forma de semillas. Pueden encontrarse tanto incluídas en productos (pan tostado o galletas) como solas, para así añadirse a gran variedad de platos. Son ideales para enriquecer ensaladas o platos de pasta o arroz, gracias al peculiar sabor y la textura que presentan.

Otro de los modos más frecuentes de encontrar esta planta es en aceite. Éste se obtiene a partir del prensado en frío de las semillas. Conviene tener en cuenta que, para poder aprovechar todas las propiedades de este aceite, es importante comprarlo sin refinar.

Existen diversas formas para incluir este alimento en la dieta. Por ejemplo, se puede preparar en forma de tahini, una pasta de sésamo de consistencia cremosa muy sencilla de preparar; en forma de gomasio, nombre que recibe la sal de sésamo; o como salsa, apta para acompañar casi cualquier tipo de alimento gracias a su suave y agradable sabor.
Fuente: Consumer Eroski

La obesidad en la artrosis

"El exceso de peso está asociado a un riesgo mayor de sufrir una degeneración más rápida del cartílago"


La artrosis es un problema de salud que afecta a siete millones de españoles. Cerca del 30% de las personas mayores de 65 años padecen esta patología. Las causas de su aparición están relacionadas con factores como la edad o la genética. Ahora, sin embargo, un estudio estadounidense prueba que la obesidad es también un factor de riesgo clave.
La artrosis es una enfermedad reumática que suele aparecer a partir de los 50 años, aunque no es exclusiva de la vejez. Causa una gran incapacidad motivada por la lesión del cartílago articular, lo que produce dolor y rigidez. A pesar de que es una patología en la que se ha registrado un bajo índice de mortalidad, aumenta de forma progresiva con la edad y es causa de incapacidad laboral. Su prevalencia es elevada, sobre todo, entre las mujeres. Sin embargo, aunque hay algunos factores determinantes en su aparición contra los que poco se puede hacer, muchos estudios apuntan a una asociación importante entre sobrepeso y artrosis

Una razón de peso

La obesidad incrementa el riesgo de degeneración del cartílago. Ésta es la conclusión a la que llega un estudio llevado a cabo por investigadores del Departamento de Radiología de la Universidad de Boston (EE.UU.), y publicado en "Radiology". Para la investigación, los expertos han estudiado a más de 3.000 personas entre 50 y 79 años con riesgo de sufrir artrosis o signos radiológicos de enfermedad temprana. Según apuntan los autores, para cada incremento en un punto en el índice de masa corporal (el IMC, que relaciona el peso con la talla de una persona e indica el grado de sobrepeso), el daño en el cartílago aumentaba hasta un 11%.

Sin embargo, tal pérdida no se relacionaba con otros factores como la edad, el sexo o el grupo étnico. La manera en que ha debutado la enfermedad ha sido en forma de lesión en el menisco, inflamación de la membrana que recubre la articulación (sinovitis) y derrame sinovial, los primeros signos característicos de personas con sobrepeso.

Hábitos saludables

"Se considera que un sobrepeso del 20% multiplica por diez el riesgo de sufrir artrosis en la rodilla"

Los malos hábitos alimentarios, junto con una vida sedentaria, hacen mella entre los más jóvenes. La generalización de hábitos nada saludables ha provocado la disminución significativa de la edad de aparición de los primeros síntomas de la artrosis, según la Sociedad Española de Medicina Rural y Generalista (Semergen). Los datos disponibles muestran que un sobrepeso del 20% multiplica por diez el riesgo de sufrir artrosis en la rodilla.

Parece ser que, además de prevenir la enfermedad y retrasar su aparición, una pérdida de peso también alivia los síntomas si la artrosis se ha originado. Un peso adecuado no elimina los síntomas dolorosos, pero los disminuye, concluye un estudio reciente llevado a cabo en la Universidad John Hopkins (EE.UU). Para los expertos, con sólo bajar siete kilos "extras" se reducen al 50% los síntomas de la artrosis de rodilla.

En España, la mitad de los pacientes con esta patología son obesos. Por este motivo, los expertos destacan la importancia de seguir unos hábitos alimentarios y de ejercicio físico correctos, tanto en el ámbito de la prevención como en el del tratamiento. La Sociedad Española de Reumatología ha elaborado una serie de recomendaciones para intentar mejorar la calidad de vida de los afectados y una lista de fármacos analgésicos y antiinflamatorios de elección. Sin embargo, el tratamiento no farmacológico, como el ejercicio físico, una dieta equilibrada baja en grasas o la rehabilitación son claves para conseguir mejorar los síntomas.

Peor sin ejercicios


El estudio ARTROCAD subraya que un 75% de los pacientes con artrosis no practica ningún tipo de actividad física para aliviar el dolor asociado, a pesar de que el 50% de los pacientes tienen problemas de obesidad y, en la misma proporción, estos consideran que así mejoraría su enfermedad. La práctica de ejercicio ayuda a mantener un peso adecuado, previene la destrucción del cartílago articular y mejora su vascularización.

No obstante, las actividades físicas con mejores resultados son las de bajo impacto ortopédico y con menor riesgo de lesión, como la natación, el ciclismo o los paseos. Estos últimos se practican con mayor constancia y, desde el punto de vista cardiovascular y locomotor, son la actividad más segura, si bien conviene consultar con un experto, ya sea médico de familia, reumatólogo o fisioterapeuta.

En el estudio, casi la mitad de los encuestados declaró que su médico de familia le había recomendado algún tipo de ejercicio para mejorar la condición física, aunque sólo el 24% manifestaba practicarlo y, un 13%, había seguido algún tratamiento de rehabilitación y fisioterapia.
Fuente: Consumer Eroski